La intervención educativa con
alumnos que presentan discapacidad auditiva, nos lleva a plantearnos formas muy
variadas de inclusión, ya que no podemos hablar de discapacidad auditiva en
general, sino de alumnos/as con criterios dispares en cuanto a la importancia
de los restos auditivos (se deberá realizar un examen exhaustivo de la audición
por medio de las pruebas que el otorrino considere más oportunas en cada caso),
la inteligencia, la edad, el inicio de la escolaridad, el estatus oyente o no
de la familia, la calidad de la interacción familiar, la posibilidad de
aprovechar o no ayudas técnicas.
Los alumnos con discapacidad
auditiva, por su propio déficit, presentan mayores dificultades a la hora de
acceder a la adquisición de algunas competencias básicas y objetivos, por lo
que estas necesidades educativas adquieren el carácter de especiales,
precisando de una mayor ayuda o, de una ayuda distinta a la del resto de sus
compañeros de su edad para poder dar respuesta a las mismas.